Prepárate un café , siéntate en el sofá, abre "Memorias de África " y deja que la luz del sol africano entre a raudales en tu salón como si mágicamente se descorriese una cortina entre dos mundos , dos épocas . Eso es lo primero que consigue la baronesa Karen Blixen , alias Isak Dinesen , con su evocadora frase "Yo tenía una granja en África , al pie de las colinas de Ngong", magnífica en su sencillez teñida de nostalgia, en la que ya se adivina su habilidad para hacernos cercana una geografía desconocida .
Lo segundo a medida que vamos avanzando en la lectura , es descubrirnos a través de relatos llenos de humanidad sobre la gente y vivencias que dejaron huella en su corazón , a una mujer que exprime la vida , que sabe aprender a equivocarse, que distingue entre personas y naciones .
Se casó y se separó , invirtió en una plantación y se arruinó ...
Hoy algunos lo calificarían de fracaso . Sin embargo , ella lo tuvo claro : vivió y disfrutó.
Luisa Conde
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