El Equipo Biblio Carballeira continúa su formación y esta semana tocó adentrarse en la Escritura Expresiva, de la mano de Marisé Barreiro. Con ella aprendimos cómo comienza esta práctica, su valor y sus características, como el hecho de escribir para una misma o su uso en ámbitos literarios o sanitarios.
Fuimos más conscientes de que constantemente estamos en una autoconversación, que puede ser enriquecedora o debilitante, que pretende llegar a una verdad donde todo cabe. Se trata, pues, de establecer así puentes entre nuestro mundo interno y nuestro mundo externo.
Uno de los aspectos más llamativos es hacer especial hincapié en que no debemos editar lo escrito, ni tachar. La mayor parte de las veces vivimos con una censora incorporada, muy crítica. Pero aquí lo que se busca es la improvisación, como una invitación suave, sutil, animosa a escribir, dándonos permiso a despreocuparnos para mejorar (algo así como cuando bailamos libremente). A veces tendemos a sentir mucha inseguridad con la escritura y este freno se parece a "mi historia no es importante". Latente está en otras ocasiones ese miedo a que salga algo terrible, pánico a dejarse ir. Desde luego, el primer paso delante de ese papel y con ese bolígrafo en la mano es la escucha interna, la observación, una conversación íntima.
Marisé nos habló de estudios científicos que avalan una gran mejoría a todos los niveles cuando se practica de forma constante este tipo de escritura: "El mundo se flexibiliza".
Trabajamos varias dinámicas y se creó una sinergia especial entre las que allí estábamos, leyendo lo que nos salía del alma. Fue muy curioso darnos cuenta de que lo que una autocriticaba, las demás valorábamos muy positivamente. Y qué decir de las coincidencias con las que nos fuimos encontrando.
Finalmente se trata de escribir (nos llegan cinco minutos) sobre qué me pasa y cómo me afecta.
¿Te atreves?
Gracias, Marisé.
Equipo Biblio Carballeira.
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